
Llevo varios años colaborando con Adoquín, una revista de tebeos orientada al público infantil. Este año, además de la historieta de todos los años me pidieron la portada y yo les dije que sí encantada. Ha sido muy divertida de hacer, os cuento un poco el proceso:
Lo primero fue la idea. Soy una chica sencilla, y tiré de una cosa que asocio con la infancia, que es ‘comerme una merienda más grande que yo’. Así que hice varias pruebas con haditas y duendes comiendo cosas proporcionalmente gigantes:

Como una de las movidas que más feliz me ha hecho este año ha sido observar pájaros, me acabé quedando con el jinete de urracas. Además, un cacahuete gigante es una comida estupenda para llevar, viene pre envuelta. Recoloqué un poco los elementos, desarrollé el boceto y en cuanto me lo aprobaron me puse a entintar.
Fijaos que tanto el boceto como la tinta tienen siempre marcado el espacio que le dejaré al título, los márgenes y otros elementos de la imagen final: hacer un dibujo cuesta demasiado como para que luego haya que pisarlo (¡da mucha rabia!).

Con la tinta lista hice unas cuantas pruebas de color. Tenía clara la paleta que quería usar, pero estuve toqueteando cosas para ver cómo separar bien los elementos: la luz sobre el árbol, la sombra dentro del hueco del tronco, las hojas, etc.

Tras hacer la prueba de color aún no estaba convencida y decidí trabajar por planos, usando carpetas nombradas de aquella manera:

(Odio poner nombre a mis capas, qué le voy a hacer)
Resumidamente, lo importante es el jinete y la moza del tronco. Los detalles que están delante y detrás dan contexto y profundidad, pero no me interesa que atraigan la mirada porque además los van a tapar otros elementos de portada.
Tener el color dividido así me ayudó mucho a probar cosas rápidamente. Le asigné un color base a cada cosa y luego fui trabajando luces, sombras, etc y viendo cómo encajaban con el resto.

Por ejemplo, me di cuenta de que el jinete se solapaba con el color del cielo y no se distinguía bien, así que cambié su ropa a amarillo y luego usé las luces y sombras del tronco para que destacara apropiadamente.

Añadí detallitos a las banderolas (sutiles, que si no la imagen sería ilegible) y sombras a las hojas. Cuando la parte central de la imagen estaba más o menos a mi gusto, me puse con toda la periferia: el fondo, las hojas en primer plano, etc. Para centrar la mirada en lo que me interesa le metí un poco de desenfoque a lo que está lejos y a lo que está muy cerca.

Ya sólo quedaba dar un pasito atrás, hacer la corrección de color general y meter detalles ambientales (como la luz colándose entre las hojas del árbol) y los brillos del metal/lucecitas de decoración.
Y tras este viaje de montar una imagen como si fueran legos, ¡he aquí la portada!

Se puede conseguir en el Salón del Cómic de Zaragoza, y además de un montón de cómics de autores majísimos y talentosísimos contiene una historia corta de Gala, la protagonista de Un mes en Villacolmillo.
Si vais el domingo 14 estaré de 11 a 12 en el stand de Adoquín Asociación Cultural firmándolos. ¡O si venís a cualquier otra hora del sábado o del domingo por la mañana, os lo puedo firmar en el stand de Té con Cerveza!
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