O: qué pasa cuando un dibujo sencillo tiene que transmitir ideas complejas.
A principios de este año me contactó el Dr. Alejandro Gaita Ariño porque estaba trabajando en un paper para la revista Green Chemistry y quería presentar una ilustración relacionada para que fuera la contraportada de la revista.
La revista se especializa en química, y el tema del paper era la computación frugal. Siempre procuro hablar con la persona que me hace un encargo para entender qué quiere, pero en este caso me pareció necesario ir un poco más allá: aunque no es mi trabajo entender la investigación de expertos, sí lo es hacer algo lo bastante decente como para que si otros expertos miran mi dibujo no digan ‘la ilustradora no ha visto una molécula en su vida’.
El paper analiza la huella de carbono de la investigación (concretamente, la cantidad de energía que se gasta en la parte computacional) y aboga por la computación frugal. O, en palabras de alguien que la última vez que tocó las ciencias fue en el instituto,
¿Es realmente necesario gastar toda esta energía y estas horas de ordenador enchufado para testear esta hipótesis, o con menos gasto se valida igual?
Además, el equipo de investigación es de la Universidad de Valencia y se había visto muy afectado por la DANA, con lo que querían una imagen que transmitiera los efectos reales y actuales de la crisis climática, y al mismo tiempo diera un mensaje optimista para el futuro. Con esas tres ideas me hice los bocetos más feos del mundo:
La parte clave del dibujo va a ser cómo represento la frugalidad, la crisis actual y la esperanza: esto no es para enseñar a nadie más (aunque os lo enseño a vosotros, para que veáis cómo va el proceso).
Decido que el elemento visual principal será un portátil: es un cacharro que puede hacer cálculos, pero transmite una imagen de tecnología frugal. Me siento y hago los bocetos que sí son para enseñar, intentando variar un poco el tono en cada uno para ver cuál acierta mejor. El portátil en una casa, en una azotea, en un campo, en un bosque, en tareas de limpieza, en contraste con un montón de ordenadores…
Mientras estábamos trabajando en esto Cataluña seguía con restricciones de agua y sucedieron los incendios de California. En parte por eso al equipo le gustó la opción D, que mostraba a una científica trabajando en su portátil junto a una ventana iluminada, mientras tiene en la pared colgadas imágenes de distintos desastres naturales que ya han pasado/están pasando.
Me pidieron que la desarrollara y que me asegurara de que se transmitía la parte de esperanza en el futuro, así que abrí la ventana y puse un cielo rotundamente azul.
Al final la que más gustó fue la científica en el centro, iluminada por la luz de la ventana (también es la que más centrada está en su trabajo). Hice el dibujo, teniendo en cuenta poner más cosas en los bordes y menos en el centro, para dar más aire.
Los elementos químicos de los bocadillos me los tuvieron que decir porque, de nuevo: no soy de ciencias. De hecho la molécula decorativa de la estantería cambió luego a una un poco más de química de mayores y un poco menos de ‘abrid el libro por la página 1’
Para el color preferí hacerlo por trozos: primero la ventana, luego los elementos de dentro de la habitación, luego los periódicos y por último la luz que lo integra todo. Así podía vigilar mejor el contraste.
Los periódicos los dejé aposta en otro color de línea y con texto insinuado pero no legible, para que no distrajeran: necesitaba que se entendiera ‘ah, es un artículo sobre inundaciones’, no que alguien se pusiera a leerlo.
¡Y así queda! Estoy bastante contenta del resultado ‘luz de la mañanita’ y de las ganas que dan de asomarse a esa ventana, pero más contenta estoy de que la ilustración gustó y acabó siendo no sólo contraportada sino portada principal de la revista. Muchas gracias a Alex por darme la oportunidad y ojalá el artículo conciencie a la gente adecuada 🙂
Espero que os haya gustado este repaso a la composición de imagen y a cómo elegir cada elemento. Si queréis leer más posts así, tengo una newsletter donde hablo de ilustración, hacer cómics y otras movidas creativas. ¡Es gratis y hay regalitos por apuntarse!