Hace poco más de un mes que acabó la campaña de Villacolmillo. ¡Dejadme que os cuente qué he estado haciendo!
Tras darle unas cuantas vueltas decidí que en vez de centrarme mucho en una cosa lo mejor sería definir todo grosso modo, para estar segura de que estaba cómoda antes de que fuera demasiado tarde para hacer cambios.
¿Qué quiere decir eso? Pues que por un lado he revisado todo el guion del cómic y lo he abocetado, con lo que ahora mismo Un mes en Villacolmillo tiene esta pinta:
Es bastante trabajo, pero me permite ver si me gusta la narrativa y me cabe todo sin demasiadas estrecheces. También me deja ver qué diseños de personaje me hacen falta, y resulta que como sale casi todo el pueblo la respuesta es ‘bastantes’.
Por el otro lado hemos estado probando el prototipo del juego: yo aboceto cosas, las imprimimos y me siento a jugar y a tomar notas.
En mi opinión, si un juego es incómodo de jugar te chafa la experiencia, por bueno que sea. Así que mi objetivo ahora mismo es adaptar de la mejor manera posible los elementos al juego. Que sea fácil llevar la cuenta de cosas, o que todo tenga el tamaño perfecto… Con lo que además de probar las reglas (que hemos ajustado bastante) he estado reorganizando cosas, a ver cuál resultaba más agradable. De momento nos hemos quedado con este boceto para el tablero:
Y ya que estaba me he puesto con bocetos de las pegatinas, porque total…
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¡Abracico!